Que Morena nunca deje de ser un Partido-Movimiento, con la disciplina necesaria para que el objetivo nunca se pierda, transformar y seguir transformando a este país
Inicia campaña de afiliación masiva en Morena. Va tomando forma un partido que hasta ahora había sido sólo un registro más ante el INE. Eso en lo legal. Pero en la esencia, Morena es el obradorismo fundido en la lucha, en la dignidad, en la valentía y en la congruencia.
Tal vez la ruta de Morena sea el instituir los Consejos y Comités estatales y municipales, ésto, con los riesgos que ello conlleva.
Pero algo que lo haría diferente a otros partidos que al constituirse como tales y que por supuesto, sus luchas internas e intestinas acabaron con lo que promovieron y creyeron alguna vez. Volviéndose solamente siglos vacías, sin el más mínimo respeto a un ente que debería ser en realidad un instrumento social.
Bueno, lo haría diferente una rectoría moral hecha estatuto, hecha principios y sí, con postulados románticos como los que ahora contiene. El romanticismo es la esperanza, es lo que mueve corazones y conciencias.
Que nunca deje de ser un Partido-Movimiento, con la disciplina necesaria para que el objetivo nunca se pierda, transformar y seguir transformando a este país que ha estado en manos de los más viles delincuentes que siendo gobernantes bajo determinadas siglas, echaron por la borda todo principio, toda moral y todo respeto a los representados.
Sí, que Morena obligue a jamás convertirnos en lo que juramos combatir. Eso es romántico, sí, pero eso es revolución. Ese es el mejor candado ante la apertura que se ha dado y que es muy válida electoralmente hablando. Pero son más los que por la esperanza y confianza votan por este partido. Así es, que el partido sea atractivo, no sólo para un padrón que amenaza con ser el más nutrido de la historia, el más confiable, el brazo armado. Que sea atractivo para los jóvenes, para los sin partido, para las bases de otros partidos, para la sociedad.
Por ejemplo, tenemos que Andrés Manuel López Obrador llega a la presidencia con 30 millones de votos, Claudia con 36, con un padrón que no pasa de los 5 millones.
Morena no es vulgar moda, es o debería ser un estilo de vida. Morena está recuperando algo que ya se había perdido, la credibilidad en la política y en los políticos. Abonemos más a esta esperanzadora encomienda, eso por sí solo, ya es un triunfo.
“¿De qué manera llegaron esos individuos a ser lo que son? Y a quién sirven cuando alzan las banderas.
Hombres de paja que usan la colonia y el honor para ocultar oscuras intenciones: tienen doble vida, son sicarios del mal, entre esos tipos y yo hay algo personal”. Serrat.
Resumiendo, que no se pierda en la bruma del pragmatismo lo que pudiera ser dogmático. Servir y saber por qué se sirve y no caer en el ruin servilismo.
¡Morena Va!