
POR GUILLERMO AGUIRRE
**Resulta difícil de comprender que una pareja que alguna vez se amó, terminen peleando aguerridamente y utilizando a los hijos, como instrumentos de venganza contra la madre
Pues vaya complicaciones que se presentan para aplicar las leyes contra la llamada violencia vicaria, de entrada, déjenme decirles que esto de la famosa violencia vicaria, es una forma de violencia de género por la cual los hijos e hijas de las mujeres víctimas de este tipo de violencia de género-valga la muy repetida palabra violencia- son instrumentalizados como objeto para maltratar y ocasionar dolor a sus madres.
El asunto es que ayer escuché a la señora MARGARITA MORÁN FLORES, directora del Instituto para la Mujer de Nayarit, mejor conocido como el INMUNAY, dar a conocer unos datos que me dejan sorprendidos, señaló que tan sólo en Tepic, así escuché en la entrevista, hay más de 300 casos de violencia vicaria, y que se han resuelto, o sea, se han recuperado tres hijos, para igual número de madres que estaban en proceso de denuncia, de esto inferimos que falta el 99 por ciento de resolverse, o sea todos, bueno todos excepto tres casos en donde la madre que recibía violencia vicaria, ya tiene a sus hijos.
Aunque también la señora MORÁN FLORES, dijo que en algunos casos, como las denuncias no se han resuelto plenamente o sea con sentencia final, los niños que son recuperados quedan bajo la custodia de la abuela, en donde la madre de un niño recuperado de un padre violentador de la madre, no puede visitarlo ya que el juicio no ha terminado, y el papá puede denunciar que aunque no hay sentencia definitiva, la mamá ya está con el vástago.
Miren ustedes cuanta complicación y enfermiza además, pues ambos ex conyuge sostienen una pelea aferrada y con ataques sin cuartel, en donde los hijos terminan viendo un escenario de odios, rencores, amarguras, aborrecimientos, aflicciones y ataques no sólo verbales, sino en el peor de los casos, hasta físicos.
De tal manera que seguramente los hijos que son el trofeo a disputar en los pleitos de ambos ex esposos, deben de preguntarse, si los que se están dando con todo, confrontando y denunciado, alguna vez se llegaron a amar.
Y es que esta violencia vicaria puede manifestarse entre otras cosas por amenazas de parte del padre, -obvio- de llevarse a los niños y niñas, quitarle la custodia o incluso matarlos.
Aprovechar la presencia de los hijos e hijas para insultar a la madre, hablar mal de ella, humillarla y amenazarla.
Interrumpir los tratamientos médicos o farmacológicos de los niños y niñas cuando deberían de estar en tratamiento.
Utilizar los momentos del régimen de visitas para inventarse información dolorosa acerca de las hijas e hijos o la ausencia de información durante esos días.En pocas palabras, se considera esta violencia, la expresión más cruel de la violencia de género, porque no sólo tiene como víctima a la mujer, también, y principalmente, son víctimas sus hijas e hijos.
Ahora bien, la señora MORÁN, directora del INMUNAY, dice que cuando los niños recuperado por las mamás, se los quitan a los papás, pero como el juicio no ha concluido, y los papás pueden apelar mientras tanto, entonces estos niños van a parar a manos de los abuelos, prohibiéndoles a las mamás, que los frecuenten, pero yo me pregunto, en un universo de cientos de denuncias y niños eventualmente quitados legalmente al padre y entregados en resguardo a la madre, ¿quién vigilará que una mamá no vaya a visitar a su madre y abuela del niño o niña recuperado?.
Ahora bien, debe quedarnos claro que alguien que hace sufrir a su hijo, o hija, menor de edad claro está, no tiene ni pizca de amor por él, simplemente para un padre que quiere vengarse de la que fue su esposa, amante, concubina o pareja sentimental, el niño o niña, es un buen instrumento para hacer sufrir a la madre, llevándose de paso entre “las patas”, como dice el dicho vulgar, al hijo o hija, pues es un hecho que ningún papá que se jacte de amar al fruto de su amor pasado con una mujer, pueda herirlo con difamaciones, y otro tipo de maledicencias, en contra de la madre.
Finalmente añado que la Organización Mundial de la Salud y algunos colegios de psicología han señalado que estos procesos de violencia provocan «terribles consecuencias psicológicas difícilmente reversibles», pues ocasionan en aquella una «tortura mental» y el «vivir con el miedo y terror», que son los objetivos perseguidos por el agresor.
Puede estar penado como un caso de filicidio, esto es, un asesinato con agravante de parentesco entre el asesino y la víctima, pero además si tiene agravante de alevosía conlleva una mayor pena en la responsabilidad criminal del reo. Dificil de entender esta conducta humana, y más difícil aun, resolver con justicia y sin dañar a los hijos, cuando se presentan estos comportamientos, tiene razón MARGARITA MORÁN, son situaciones diferentes en cada caso…hasta mañana