• Vie. Sep 12th, 2025

DICHO POR ROCHA

Sep 11, 2025

Por José Guadalupe Rocha Esparza

Últimas palabras

Aquella mañana del 11 de septiembre de 1973 llovía sobre mojado. Los chilenos amanecieron con las noticias de la sublevación militar, mientras que Salvador Allende Gossens transmite con una voz sorprendentemente serena a Radio Magallanes su último mensaje vía telefónica desde el despacho presidencial de La Moneda, agobiado por la metralla golpista.
“Seguramente será esta la última oportunidad en que me pueda dirigir a ustedes. Estas son mis últimas palabras. Tengo la certeza de que mi sacrificio no será en vano; tengo la certeza de que, por lo menos, habrá una lección moral, que castigará la felonía, la cobardía y la traición. Pagaré con mi vida la lealtad del pueblo. No hay más, compañeros; eso es todo”.
Después el presidente del Gobierno de la Unidad Popular (UP) se despidió de sus colaboradores y amigos para luego sentarse en un sofá palaciego de rojo tapiz, apoyar la barbilla sobre la bocacha del fusil regalado por Fidel Castro y apretar el gatillo, mientras salía eyectado el cráneo de un hombre decente. No había nada que hacer. Comenzaba la más odiada dictadura.