Estabilidad, crecimiento y mucho optimismo
Paquete Económico 2026
Apoyos sociales, prioridad
Cuotas IPAB sin deducibles
Pemex, eje central del gasto
Por Agustín Vargas
El pasado lunes, al filo de la medianoche, el secretario de Hacienda y Crédito Público, Edgar Amador, entregó en la Cámara de Diputados los documentos que integran el Paquete Económico 2026, el cual incluye los Criterios Generales de Política Económica (CGPE), la Iniciativa de Ley de Ingresos (ILIF) y el Proyecto de Presupuesto de Egresos (PPEF). A diferencia de años anteriores, este es el primer paquete económico diseñado completamente por la administración actual, y muestra un mayor grado de optimismo en sus supuestos frente al consenso de los analistas, aunque la SHCP delineó un marco macroeconómico menos favorable respecto a los Pre Criterios de Política Económica que remitió en abril pasado al Congreso de la Unión.
Redujo su pronóstico de crecimiento del PIB, producción petrolera y precio de la mezcla mexicana. Con ello previó menos ingresos petroleros y un déficit mayor para este año. Así, los Requerimientos Financieros del Sector Público (RFSP) quedarían en 4.3% del PIB, superior al rango señalado en Pre Criterios (3.9 a 4.0%), si bien significativamente inferior al registro de 2024 (5.7%).
El documento reitera que la responsabilidad fiscal es un eje de la estabilidad macroeconómica, por lo que seguirá normalizándose el déficit. Los apoyos sociales continúan al centro del paquete económico, acompañados por inversiones en proyectos estratégicos y relacionados con el Plan México, y en obras con impacto económico y social en regiones rezagadas.
Estima una aceleración en el crecimiento económico el próximo año, apoyado por la fortaleza en la demanda interna, la menor incertidumbre comercial y el mundial del fútbol, además de citar efectos derivados de la inversión pública y el Plan México. Prevé que la inflación baje a 3% y le acompañe una reducción en tasas de interés. Asume un incremento en la producción petrolera y que los precios de la mezcla serán marginalmente menores. Prevé un ingreso presupuestal de 8.7 billones de pesos (+6.3% real), impulsado por el crecimiento del PIB y la plataforma petrolera. A ello se suman medidas para la eficiencia recaudatoria: combate a evasión fiscal, mayor IEPS a unos productos y servicios (bebidas saborizadas, tabaco, apuestas), prohibir deducción de cuotas pagadas al Instituto para la Protección al Ahorro Bancario (IPAB) por la banca, incentivos a repatriar capitales, entre otras medidas.
El gasto llegaría a 10.1 billones de pesos (+5.9% real). El rubro programable refleja la continuidad en obras de infraestructura, el aumento en programas sociales y los apoyos a Pemex. El no programable crecería por el efecto del aumento en la recaudación tributaria sobre las participaciones y por un mayor costo financiero.
Entorno macroeconómico
La SHCP estima un crecimiento económico en un rango de 1.8 % a 2.8 %, con un escenario central de 2.3 %, por encima del 1.4 % estimado por analistas privados, lo cual se percibe como optimista, especialmente en un contexto global incierto y con debilidad en el consumo interno. En términos de inflación, se proyecta una tasa anual de 3.0 %, por debajo del 3.7 % del consenso. Se anticipa un tipo de cambio promedio de 19.3 pesos por dólar, mientras que al cierre del año se prevé en 18.9 pesos por dólar, en ambos casos por debajo del consenso de analistas, que estiman niveles cercanos a los 20.0 pesos. La tasa de fondeo de Banco de México se estima en 6.0 %, también por debajo del consenso (6.75 %).
En cuanto al sector energético, se proyecta un precio promedio de la mezcla mexicana de exportación de 54.9 dólares por barril, y una plataforma de producción de 1.8 millones de barriles diarios.

Ingresos y gasto públicos
Los ingresos presupuestarios totales para 2026 se estiman en 8.7 billones de pesos, lo que representa un crecimiento real de 6.3 % respecto al año previo. Este dinamismo estará respaldado por una combinación de medidas administrativas, tributarias y regulatorias que buscan ampliar la base fiscal y reducir las brechas de evasión.
Entre los cambios más relevantes destaca la eliminación de la deducibilidad de las aportaciones al IPAB, lo que fortalece la base gravable del ISR; el incremento sustancial al IEPS aplicado a bebidas azucaradas, que pasa de 1.65 a 3.08 pesos por litro, así como mayores ingresos por IEPS a tabaco, videojuegos y bebidas saborizadas. A ello se suma una estrategia de modernización y digitalización aduanera, orientada a incrementar la eficiencia recaudatoria del comercio exterior. El gasto neto total propuesto para 2026 asciende a 10.1 billones de pesos, lo que implica un crecimiento real de 5.9 % respecto al año anterior. En línea con las prioridades de la nueva administración, el gasto programable —aquel que el gobierno puede asignar y modificar— privilegia áreas con alto impacto social y económico: programas sociales, inversión en infraestructura, educación, salud y proyectos alineados con derechos constitucionales.
En particular, la inversión física muestra un avance real del 10 %, con recursos canalizados a proyectos de transporte ferroviario de pasajeros (como los tramos AIFA–Pachuca y Querétaro–Irapuato), desarrollo carretero y el programa “Vivienda para el Bienestar”, que contempla la construcción de 1.8 millones de viviendas populares. Por el lado de las empresas productivas del Estado, Pemex continuará siendo un eje central del gasto federal, con 263.5 mil millones de pesos asignados exclusivamente al pago de su deuda financiera, bajo el argumento de que su impacto fiscal será neutral por tratarse de una operación financiera y no de un gasto corriente.
El Paquete Económico supone un déficit presupuestal de 1.4 billones de pesos. Los RFSP bajarían vs 2025 (4.1 vs 4.3% PIB), aunque estos serían mayores al rango determinado en los Pre criterios (3.2 a 3.5%). El nivel de endeudamiento (Saldo Histórico de los Requerimiento Financieros del Sector Público (SHRFSP) se mantendría en 52.3% PIB.
El compromiso del gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum con la estabilidad fiscal es una condición necesaria para la estabilidad macroeconómica, junto con la autonomía del Banco de México y una sólida posición externa. Esto cobra mayor relevancia cuando el país se enfrenta a contextos de incertidumbre a nivel mundial, como el que se ha atravesado este año.
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