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DICHO POR ROCHA

Ago 10, 2025

Por José Guadalupe Rocha Esparza

La Prieta

Juan Rangel de Biesma, un soldado, explorador y minero español de 30 años de edad, emprendedor, tesonero, valeroso, pródigo y decidido, de pintoresca y azarosa vida, recorre en el mes de julio de 1631, la enhiesta colina erguida sobre las alturas de las cercanías, llamándola “Cerro de la Cruz”, descubriendo riquísimas vetas de oro, plata, plomo y zinc.
Al conjuro de esa mina, a la que bautizó como “La Negrita”, surgió un poblado que poco después se llamaría “Real de Minas de San José del Parral”, que llegó a considerársele como la Capital de la Nueva Vizcaya, tierra poblada de tribus errantes y bravías, como los tobosos, xiximes, conchos, tarahumaras-rarámuris, cocoyones, apaches y comanches.
El intrépido Biesma hizo de “La Negrita” su Quivira, una de las siete ciudades de Cibola, llena de oro y riquezas en el norte de la Nueva España, hoy norte de México, bonanza que se multiplicó en el siglo XVII al llamársele “La Capital del Mundo de la Plata”, por las sagradas vetas que reptaron los ambiciosos españoles en las entrañas de la mina.
Con los años la prolífica “Negrita” se transformó en la más pródiga y generosa “Prieta” a partir de 1924, ahora en manos de la empresa ASARCO. “La Negrita” abuela se convierte en Alma mater “La Prieta”, profundizándola sus recios mineros hasta el nivel 25, ataviados de overol y jumpa, recio zapatón, casco de acero o pasta, cachumba, su pico y su pala.
“La Prieta”, otrora “La Negrita” de españoles, mestizos, indios y negros, horadada 762 metros, se convierte en símbolo y reloj de la ciudad digna, severa, fecunda, armoniosa y ordenada, al marcar los tiempos laborales del minero mediante un pito, silbato o sirena como gesto de matriarca, incluso el “pito gordo” que anunciaba peligro, incendio, inundación o celebración.
“Sobre todo, la fe”, reza el escudo de la actual ciudad de Hidalgo del Parral, que ahora los egresados de la Generación 70-73 de la Escuela Secundaria Federal llevamos en este casco y profesamos en el alma, enalteciendo el valor de la amistad, “Amigos por siempre y para siempre” al conjuro de la mina “La Prieta” en esta Mega-Reunión, mina que llevamos en el corazón.
Ante la mina “La Prieta” que hoy nos reúne, emblema de una reunión más de la Generación 70-73, brindemos por la felicidad de todos ustedes y que nuestra amistad se consolide más y más en la confianza más amplia, con aprecio sincero y cálido practicado con espíritu recíproco. Amigos por siempre y para siempre. Viva La Prieta. Viva Parral. ¡Viva nuestra amistad!