Por: Argimiro León
Hace algunos años, cuando fui jefe de Gobierno en la Ciudad de México, me tocó iniciar el programa de pensiones para discapacidad, desde hace aproximadamente 20 años, al mismo tiempo que me tocó iniciar el programa de la pensión de los adultos mayores, y ya ahora esos programas están convertidos en derechos, ya se elevaron a rango constitucional, son de aplicación obligatoria para los gobiernos.
Esto fue informado por el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador durante la 14ª. Gira de Trabajo por Nayarit, admitiendo que para los programas sociales se tienen que entregar recursos anuales, esto está establecido en el artículo 4º de la Constitución y también en un transitorio de la Constitución, “en donde no pueden entregarse menos recursos de un año a otro para estos programas, como tampoco para las becas de estudiantes de familias pobres; y también ya es una realidad el derecho a la salud, atención médica y medicamentos gratuitos”.
Esto es lo que nosotros llamamos Estado de bienestar y es a lo que aspiramos, a que cada vez se mejore más la situación económica y social de los mexicanos, que podamos hacer realidad el ideal de que el mexicano tenga seguridad social desde que nace hasta que muere, desde la cuna hasta la tumba; que no importe la condición económica para que todos tengamos garantizados los derechos a la salud, a la educación, a la seguridad social.
Me da mucho gusto por eso estar en este centro de rehabilitación porque teníamos desde entonces esta asignatura pendiente, esta demanda sentida que no se podía atender. Ayudamos ahora a un millón de niñas y niños con discapacidad con una pensión, y es bueno porque las familias tienen para comprar lo indispensable.
Si no tienen ese tratamiento, esa atención, porque no hay centros de rehabilitación, no tienen recursos económicos las familias, pues esa discapacidad leve se convierte en una discapacidad grave de por vida. “Entonces, por eso, esto es un complemento fundamental al programa de apoyo a niñas y a niños con discapacidad”.
Esto nos llevó a que hace unos días, un mes, un poco más, firmamos un acuerdo con el Teletón, que tiene centros de rehabilitación en el país, que por situaciones económicas tenía esos centros subutilizados, con equipos, con personal, pero no tenían para operarlos a toda su capacidad y celebramos un convenio.
Es el primer acuerdo que hacemos con una organización civil para entregarles recursos, porque antes se entregaba a diestra y siniestra presupuesto a organizaciones sociales, civiles, y no había buenos resultados, se desviaban recursos. Es la primera vez que estamos haciendo un convenio para entregar recursos a una asociación que tiene como propósito la rehabilitación de niñas y de niños, y vamos a poder dar atención médica, terapias, rehabilitación, a 20 mil niñas y niños.
En el caso de Nayarit no hay un Centro Teletón, por eso fue muy importante el que se construyera este nuevo centro de rehabilitación, porque se va a seguir atendiendo -y de mejor forma- a quienes lo necesitan.
Yo, la verdad, felicito a Toño, a su esposa, que tuvieron esta iniciativa, y por eso quise estar aquí antes de que ellos entreguen, terminen su mandato, su responsabilidad, su encargo. Muchas gracias por todo lo que se ha hecho.
“Yo opino que Nayarit tuvo la suerte de contar con un buen gobernador en estos seis años, bueno, cuatro, porque hasta eso lo limitaron, a mí también me están quitando dos meses; pero cuando se trabaja, se aplica uno a fondo”… Siempre recuerdo la fórmula de San Benito, que como los monjes pasaban mucho tiempo en los conventos en la meditación puso orden, y dijo: “De las 24 horas del día, ocho para meditar, para pensar, ocho para trabajar y ocho para descansar”, pero nosotros ya no tenemos mucho que pensar ni meditar, entonces son 16 horas para trabajar y ocho para descansar, esa es la fórmula.