MARIO RUIZ REDONDO

Ago 19, 2020

En redondo

Morbo desde el poder: Luto y escándalo

Las cifras de muertos por el Covid-19 son cada vez más alarmantes en México, donde la autoridad federal minimiza diariamente con su discurso, a una realidad aterradora, que ubica al país, el miércoles 12 de agosto, como el tercero en número de muertos en el mundo (54 mil 666), y el sexto por contagiados en los cinco continentes (498 mil 380).
No se puede estar bien cuando se está mal, como lo certifican los mismos datos gubernamentales que desmienten al Presidente de la República y a su vocero epidemiológico, Hugo López-Gatell, cuando tratan de sustentar sus afirmaciones exageradamente optimistas, apoyándose en las cifras que indican que solamente un 36 por ciento de las camas con respiradores artificiales están ocupadas, lo mismo que 40 por ciento de las “generales”.
Entonces, cómo entender esa aberrante posición gubernamental de afirmar reiteradamente que vamos bien, que ya se ha domado al letal virus, que sin embargo sigue exterminando a más mexicanos y millones en el planeta. La Administración federal pinta con precisión la tragedia en territorio nacional, donde en lugar de disminuir, las cifras de mortalidad y de infecciones, se siguen incrementando alarmantemente sin freno.
Una de las razones más importantes que desde la óptica gubernamental se ignora a propósito, es el hecho de que la población ha optado desde hace muchas semanas, por no llevar a sus enfermos a los hospitales, por temor a que los intubaran, basados en las estadísticas oficiales reveladas, en el sentido de que solamente uno o dos de cada 10 se salvaba, con el agravante de daños colaterales severos en diversos órganos del cuerpo.
También, a la insuficiencia de espacios, equipos especializados y cuadro básico de medicamentos, para la atención de los enfermos, al grado de ser rechazado su ingreso en la mayoría de los centros hospitalarios, al no estar preparadas ninguna de las instituciones del Sector Salud, para atender la demanda imprevista, de tal forma que si el enfermo no iba grave, se conminaba a las familias regresarlos a sus hogares, donde finalmente morían y de paso engrosaban los números no de fallecidos por Coronavirus, sino por “neumonía”.
Una coyuntura de desgracia nacional, que ha servido, como siempre, para el resurgimiento de las aves de rapiña que representan fielmente la deshonestidad, descubiertas por los medios de comunicación serios, que revelarían los abusos de empresas de los hijos del director de la Comisión Federal de Electricidad, Manuel Bartlet Díaz, que obtuvieron contratos multimillonarios con el gobierno federal, para venderle equipos de respiradores artificiales y otros insumos, a precios tres veces más caros que los ofertados en el mercado internacional.
Evidencia clara, en los tiempos de la 4ª Transformación, de que la corrupción, como seguimos reiterando en este espacio, es inherente a los seres humanos y no a las siglas y colores de un partido en el gobierno.
Cuentas alegres, mientras la muerte acecha a millones de seres humanos en un país de 130 millones de habitantes, donde en el afán de reactivar la economía, el mismo Primer Mandatario convoca permanentemente a la población a armarse de valor para salir a las calles y hacer realidad “el retorno a la normalidad”, en los momentos en que la epidemia-pandemia sigue acabando con las vidas de niños, adultos y ancianos, enlutando la vida nacional.
Frontera Sur y resto de todo un país, donde la convocatoria influye en la actitud de la gente que sin mayor preocupación, sale a las calles sin ningún tipo de protección, bajo la absoluta creencia de que si el Jefe del Ejecutivo Federal no se somete a las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud, de usar cubre boca, ellos tampoco tienen por qué hacerlo, llegando a los extremos de considerar incluso que no existe el Covid-19, porque si así fuera, Andrés Manuel López Obrador se protegería.
Ejemplo que cunde y hace que las cifras de decesos y contagios se disparen negativamente, para continuar aumentando el dolor y luto a los padres, abuelos, tíos, hermanos, sobrinos, amigos y conocidos, que lamentan y lloran por sus muertes.
Y pese al panorama cada vez más sombrío y preocupante para la mayoría de la población que actúa responsablemente y se apega a las recomendaciones de la sana distancia y el confinamiento, el Primer Mandatario de la nación terquea al burlarse del problema y de quienes lo critican por el ejemplo que cunde entre los más fanáticos e ignorantes, al afirmar que solamente usará cubre bocas, cuando haya terminado con la corrupción, olvidando que es tanta, que se mantiene atrincherada en su Administración, independientemente de la que aún prevalece de sexenios anteriores y que incluso tiene incrustados en sus filas del Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA).
Un compromiso fuera totalmente de lugar, imposible de cumplir por lo fallido de sus intentos de castigar en el discurso, a quienes han incurrido en actos de enriquecimiento ilícito, que no han ido más allá de los propósitos del intento mediático y fallido, como es posible constatar en el caso de Rosario Robles Berlanga, su vieja amiga de las militancias y correrías perredistas, que el martes 13 de agosto de 2019, sería detenida y encarcelada por la presunción de un desvío de dinero de la Secretaría de Desarrollo Social, en el sexenio de Enrique Peña Nieto, de casi cinco mil millones de pesos, bajo la denominación de “la estafa maestra”.
Aunque no se reconozca, volvemos de nuevo al espectáculo morboso del Pan y Circo, con tintes de venganza y revanchismo, luego de que en tiempos del sexenio del panista Vicente Fox Quesada, la ahora ex líder del Partido de la Revolución Democrática, entonces novia y socia del empresario constructor argentino Carlos Ahumada (2004-2005), se convertiría en cómplice de la difusión de videos, en los que el hombre de negocios sobornaba a varios colaboradores cercanos de un López Obrador, que por tal exhibición, sería afectado en su propósito de arribar a la Presidencia, al contender y perder contra el blanquiazul Felipe de Jesús Calderón Hinojosa.
A un año de la privación de su libertad, Robles Berlanga sigue tras las rejas y sin mayor definición de su presunta culpabilidad, al extenderse el manto protector de los mismos morenistas, sobre quienes son señalados como corresponsables de la corrupción, desde las oficinas de Rectorías de universidades del país, a cuyos titulares se entregaron los cuantiosos recursos desaparecidos.
Protagonismo exacerbado en el manejo de golpes mediáticos, de la Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda, por un Santiago Nieto, que se vanagloria de ser el justiciero de la 4T, pasando por encima del mismo titular de la Fiscalía General de la República, el respetado jurista Alejandro Gertz Manero.
Quehacer del antiguo colaborador de Peña Nieto en la misma FGR, como responsable de la investigación de delitos electorales, que hasta ahora no ha sido capaz de profundizar en el seguimiento de “los peces gordos”, que tanto requiere su ahora jefe, para combatir la corrupción que tanto pregona.
Verdades a medias del poderoso responsable de la UIF, que no han ido más allá del simple escándalo mediático, hasta llegar a los días actuales con uno de los hombres de mayor confianza del mexiquense aún todopoderoso, en que el ex director general de la paraestatal Petróleos Mexicanos, Emilio Lozoya Austin, que es subido al escenario de los escándalos con fondo electoral rumbo al 2021, para poner en entredicho a quien favoreció con todo el retorno el segundo tiempo del camino de la alternancia, ahora de la “Izquierda”, que en el primer acto fue desperdiciada durante 12 años por los Presidentes de la “Derecha”, Vicente Fox Quesada y Felipe de Jesús Calderón Hinojosa.
Otra vez el morbo y el escándalo, con una cuña que aprieta y bien, para empezar a desactivar de tajo a los opositores neoliberales y conservadores fifís, según han convencido a Andrés Manuel, sus dos asesores cibernéticos, que antes de ubicarlo en la modalidad de “testigo colaborador”, que no de funcionario corrupto del priísmo, crearon todo un clima de expectación al “desaparecerlo” al arribar a la ciudad de México, procedente de España, donde fue aprehendido por la policía ibérica a petición del gobierno mexicano.
Llega la tercera llamada este martes 11 de agosto, y sale a los reflectores el personaje que desde las filas del tricolor, se encumbraría en el pasado reciente en las posiciones de poder del manejo discrecional y por lo mismo sin freno, de los miles de millones de Petróleos Mexicanos, para en el primer acto acusar al mismísimo Enrique Peña Nieto y al ex secretario de Hacienda, Luis Videgaray, de haber recibido 100 millones de pesos, como soborno a cambio de contratos, de una constructora brasileña (Odebrecht), para financiar la campaña Presidencial de 2012.
Versión difundida personalmente por el fiscal General Gertz Manero, quien daría a conocer que según el otrora considerado por la 4T, como funcionario corrupto de Peña Nieto, ahora se muestra complaciente a cambio de salvar sus intereses personales y familiares condena, informa que otros 400 millones de pesos, fueron destinados para obtener los votos a favor de diputados y senadores que inclinaron la balanza a favor de las Reformas Estructurales, en el sexenio 2012-2018.
Toque de campana a su favor, que le permite sacar a su esposa de origen europeo, así como a su madre y hermana, de los juicios en su contra por los delitos de lavado de dinero, asociación delictuosa y cohecho por los sobornos de Odebrecht y del fraude autorizado por Lozoya Austin, al comprar a Altos Hornos de México, para Pemex, la Planta Petroquímica Agro Nitrogenados, la siderúrgica Altos hornos, con un valor de más de seis mil millones de pesos, no obstante su condición de chatarra y de no producir urea ni otro producto al estar paralizada desde hace cinco años.
Una acusación tendenciosa en el caso del ex Presidente Enrique Peña Nieto, que no procederá porque está amparado por el marco legal constitucional vigente, debido a su investidura, que precisa que solamente podrá ser juzgado por traición a la patria, cayendo de antemano en la clasificación de improcedente, por lo que es simplemente una gran cortina de humo para distraer a la población.
No será lo mismo con Luis Videgaray, la parte más delgada y vulnerable de la madeja en este caso, que seguramente tiene preparado el blindaje necesario por sus abogados, para que Lozoya no cumpla su propósito.
Una primera sesión para despertar aún más el morbo de una justicia que no se aplica y que como siempre se inscribe en el discurso del calambre, de la alharaca que solamente cumple ese propósito, sin ir a más.
Arma de doble filo que no parece estar bien respaldada para dar la batalla legal, en la que ni Videgaray y menos Peña Nieto, tendrán el menor problema o riesgo de pisar una cárcel federal de alta seguridad, exclusiva para hospedar a los delincuentes de primer rango.
Días de Covid-19 con decenas de miles de muertos, que ya no serán testigos presenciales del nuevo show del desgastado sistema político mexicano, que ha aumentado dramáticamente su número en las siguientes semanas, por los rebrotes que ocasiona el abandono en muchas partes de México, de la sana distancia y el confinamiento.
Un dato que no lo tiene ni Andrés Manuel López Obrador: En la Frontera Sur de México, el mes de junio registró en las tres Oficinas del Registro Civil de Tapachula, un total de mil 80 decesos por Coronavirus. En lo va de agosto, suman 150. Las cifras oficiales de víctimas contabilizadas del 28 de marzo a la fecha, no llegan a mil en toda la entidad.
Esa es la historia de un país que está en el ojo del huracán mundial, donde con toda facilidad, la autoridad difunde información que confunde y agrava todo, mientras que en paralelo ha empezado peligrosamente a escupir al cielo.